En un esfuerzo por abordar la crisis ambiental generada por la industria de la moda rápida, el Congreso de la Ciudad de México ha aprobado una serie de medidas destinadas a combatir la contaminación por ‘fast fashion’. Esta iniciativa busca regular la producción y el desecho de prendas, una industria que se ha posicionado como una de las más contaminantes a nivel global.
Una de las principales estrategias es la implementación de campañas de concientización para modificar los hábitos de consumo de los ciudadanos. La meta es fomentar la reutilización, el intercambio y la donación de ropa, promoviendo alternativas a la compra constante de prendas nuevas que a menudo terminan en la basura sin haber sido utilizadas por completo.
Además, las autoridades han hecho un llamado a las empresas del sector para que se sumen a programas de reciclaje y apoyen la economía circular. Esta medida busca reducir el volumen de residuos textiles y sentar las bases para una gestión más integral y sostenible de la moda en la capital mexicana.
La aprobación de estas políticas refleja la creciente preocupación de los legisladores por mejorar la calidad de vida de los capitalinos y mitigar el impacto ambiental de una industria que, hasta ahora, había operado con pocas regulaciones en materia de sostenibilidad.