El aclamado cineasta mexicano Guillermo del Toro ha vuelto a encantar al público con su visión única y oscura, esta vez al dar vida a la legendaria criatura de Frankenstein. En un proyecto que ha generado gran expectación, Del Toro ha revelado detalles fascinantes sobre cómo diseñó al monstruo para su próxima producción, enfatizando un enfoque artesanal que rechaza la inteligencia artificial (IA) y los efectos digitales (CGI) como elementos primordiales en su creación.
Según declaraciones recientes, Del Toro buscó plasmar la esencia del personaje de Mary Shelley, explorando su tragedia y complejidad emocional. En lugar de recurrir a la inmediatez y a menudo frialdad de la IA o los efectos generados por computadora, el director se inclinó por un proceso meticuloso y palpable, basado en la escultura, el maquillaje protésico y la actuación física.
Este enfoque, que evoca la magia del cine clásico, busca infundir al monstruo de Frankenstein una textura y una presencia visceral que conecten de manera más profunda con el espectador. Del Toro, conocido por su amor por los efectos prácticos y la creación de mundos fantásticos tangibles (como lo demostró en «El Laberinto del Fauno» y «La Forma del Agua»), parece decidido a ofrecer una interpretación del monstruo que resalte su belleza intrínseca, incluso en su grotesca apariencia.
Aunque los detalles específicos del diseño se mantienen bajo estricta confidencialidad para generar aún más anticipación, las declaraciones del director sugieren una criatura que será tanto repulsiva como fascinante, una manifestación física del dolor, la soledad y la búsqueda de aceptación.
La elección de Del Toro de priorizar los efectos prácticos en un panorama cinematográfico dominado por la tecnología digital es un testimonio de su visión artística y su compromiso con una forma de hacer cine más artesanal y personal. Los fanáticos del género y del cine del director mexicano esperan con ansias esta nueva incursión en el universo de Frankenstein, con la promesa de un monstruo hermoso, creado con pasión y sin atajos tecnológicos.