La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado formalmente una situación de hambruna en Gaza, en medio de la escalada de la crisis humanitaria que enfrenta el territorio palestino. La decisión se basa en el informe de expertos que advierten que más de 500 mil personas se encuentran en una situación «catastrófica» y que la emergencia podría extenderse a otras áreas como Deir al Balah y Jan Yunis para finales de septiembre.
La declaración de la ONU llega en un momento de alta tensión, mientras Israel mantiene sus operaciones y ha rechazado rotundamente el informe. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ha calificado el documento como una «propaganda» con fines políticos, argumentando que las acusaciones sobre la situación alimentaria en Gaza son falsas y que su gobierno ha facilitado la entrada de ayuda humanitaria a la región.
Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, consideradas fiables por la ONU, las represalias israelíes han dejado un saldo de 62,192 fallecidos, en su mayoría civiles. Esta situación de guerra y el bloqueo a la ayuda humanitaria han llevado a una catástrofe sin precedentes en la Franja.
La comunidad internacional sigue con gran preocupación el desarrollo de los acontecimientos, con llamados a un cese al fuego y a la apertura de corredores humanitarios para permitir la entrada de alimentos, agua y medicinas de forma segura y sin obstáculos.