En entrevista, el asesor inmobiliario Eduardo Rodriguez expuso un caso que aseguró debe alertar a los habitantes del municipio de Querétaro: la autorización de un desarrollo inmobiliario de 21 metros de altura en Álamos Tercera, pese a que, según afirmó, incumple con la norma específica aprobada para esa zona en febrero de 2024.
El predio en cuestión, ubicado sobre la lateral de Bernardo Quintana, a la altura de Plaza Boulevares y la agencia Hyundai, pasó de conformarse por dos terrenos de 400 y 300 metros cuadrados a un solo lote de 860 metros tras un proceso de fusión. Con ello, quedó clasificado como H2S, uso habitacional y de servicios, en concordancia con la normativa vigente en ese momento.
Sin embargo, Rodriguez señaló que tras la aprobación de la norma específica de Álamos Tercera, la cual define coeficientes de ocupación, alturas permitidas, accesos, áreas verdes y requisitos de estacionamiento, los propietarios del predio solicitaron desarrollar un edificio con departamentos, locales comerciales y de servicios, con acceso a través de la calle Enramada, al interior del fraccionamiento, y no por Bernardo Quintana, como correspondería.
De acuerdo con su relato, la solicitud incluía ocupar prácticamente la totalidad del terreno, omitiendo áreas de absorción y excediendo coeficientes de uso de suelo, altura y otros parámetros establecidos para la zona. Aun así, el dictamen de uso de suelo fue autorizado el 25 de septiembre de 2024 bajo el folio DUS202403287.
El asesor cuestionó que el documento haya retomado criterios del Programa Municipal de Desarrollo Urbano para otras colonias como Loma Dorada o Carretas, en lugar de aplicar la norma específica de Álamos Tercera. Además, dijo que el dictamen trata nuevamente el predio como si estuviera dividido en dos lotes con usos de suelo distintos, pese a que ya había sido fusionado y no existe registro de que se haya revertido esa fusión.
El dictamen fue firmado por la coordinadora de Control Urbano, María Socorro Olvera Camacho, funcionaria que, según afirmó, ha avalado otros documentos con inconsistencias en casos similares, como Pasaje Álamos. Rodriguez criticó que un tema de este impacto no fuera suscrito por el director del área o por el secretario de Desarrollo Urbano.
También advirtió que el proyecto no cuenta aún con estudio de impacto vial y que solicitar acceso por Enramada podría generar afectaciones en movilidad y seguridad para los habitantes, especialmente considerando que la población del fraccionamiento es mayoritariamente adulta mayor.
Frente a este escenario, indicó que los colonos tomarán tres rutas: visibilizar el caso ante la opinión pública, acudir al secretario de Desarrollo Urbano para solicitar la anulación del dictamen y, de ser necesario, promover un amparo al considerar que se estaría vulnerando el marco jurídico aplicable.
Finalmente, cuestionó que la autoridad municipal apruebe proyectos que, aseguró, no corresponden a la vocación habitacional de la zona, y llamó a revisar el funcionamiento interno de Desarrollo Urbano ante lo que calificó como un patrón recurrente de irregularidades.
