La investigación sobre la explosión de un vehículo frente a la base de la Policía Comunitaria de Coahuayana, Michoacán, arrojó datos cruciales. El fiscal general de Michoacán, Carlos Torres Piña, informó que la camioneta cargada con explosivos procedía del vecino estado de Colima.
El vehículo, una camioneta Dodge tipo Dakota, ingresó a Michoacán a las 8:30 a.m. del sábado a través de la carretera federal 200 (Manzanillo-Lázaro Cárdenas). Cámaras de videovigilancia confirmaron que siguió su ruta hasta Coahuayana, revelando un factor geográfico clave en el ataque.
La explosión dejó un saldo de cinco personas muertas (tres policías comunitarios y dos hombres no identificados, uno de ellos presunto tripulante del vehículo) y siete comunitarios heridos. La onda expansiva abarcó un radio de 300 metros, dañando varios inmuebles y 12 vehículos, incluyendo dos camionetas blindadas de la policía local.
FGR Atrae el Caso y Despliega a la FEMDO
La Fiscalía General de la República (FGR) atrajo oficialmente la investigación, pero la carpeta fue abierta bajo el delito de «Delincuencia Organizada», y no directamente por terrorismo como se mencionó inicialmente. La indagatoria está a cargo de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), con apoyo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
La AIC desplegó un equipo robusto en la escena, incluyendo 11 policías federales ministeriales y 15 peritos del Centro Federal Pericial Forense (CFPF), especializados en explosivos, criminalística, genética y balística.
Contexto: Disputa Territorial y la Policía Comunitaria
El ataque se enmarca en la compleja dinámica de seguridad de la región:
- Policía Comunitaria: La corporación de Coahuayana opera bajo el mando de Héctor Zepeda Navarrete, “El Comandante Teto”, un exintegrante de las autodefensas de 2014. La corporación no está acreditada en el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
- Conflicto Criminal: Autoridades federales han identificado que células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han intentado ingresar a Coahuayana para controlar las rutas de desembarco de cocaína en las costas del Pacífico. Se presume que estas rutas son operadas por el Cártel de Tepalcatepec, organización que supuestamente recibe protección de la policía comunitaria local.
