El consultor político Juan Carlos Espinosa consideró que el manejo del comercio en vía pública por parte del gobierno municipal de Querétaro ha sido deficiente y carente de una visión integral. Señaló que el denominado Plan Orden se ha aplicado de manera selectiva y con énfasis en la contención del comercio informal, sin atender otros problemas visibles en el Centro Histórico como el uso irregular del espacio público, el estacionamiento indebido, el encarecimiento de servicios y el incremento del grafiti.
Espinosa afirmó que la autoridad municipal ha centrado su estrategia en el control de ciertos grupos de comerciantes, particularmente artesanos, sin una política clara de diálogo ni esquemas que garanticen condiciones reales para el desarrollo de su actividad. Indicó que, aunque el comercio en vía pública debe regularse conforme a la normatividad vigente, este proceso debe realizarse con respeto a los derechos humanos y sin el uso de la fuerza.
El consultor recordó que la artesanía, especialmente la producida por comunidades ñañú de Amealco, constituye un referente turístico y cultural para Querétaro. Señaló que el estado y el municipio han utilizado figuras como la muñeca Lele como símbolos de identidad y promoción turística, sin que ello se traduzca en beneficios directos para quienes las elaboran. En ese sentido, consideró necesario generar esquemas que integren a los artesanos a la estrategia turística y económica de la ciudad.
Asimismo, cuestionó las alternativas planteadas por el municipio para reubicar a los comerciantes, al señalar que ofrecer espacios cerrados o alejados del flujo turístico no garantiza ventas ni condiciones de subsistencia. Añadió que existen modelos aplicados en administraciones anteriores que podrían retomarse para conciliar orden, actividad económica y respeto cultural.
Espinosa subrayó la necesidad de fortalecer la capacitación del cuerpo de inspectores municipales, particularmente en materia legal y de derechos humanos, y de establecer una comunicación permanente entre autoridades y sectores sociales, más allá de los momentos de conflicto. Finalmente, advirtió que la falta de diálogo y el uso de medidas coercitivas generan mayor tensión social y debilitan la legitimidad de la política pública en el manejo del espacio público.
