Tras casi nueve horas de debate, la Cámara de Diputados aprobó en lo particular la reforma a la Ley General de Salud que establece la prohibición total de los vapeadores, cigarrillos electrónicos y cualquier dispositivo análogo que caliente, vaporice o atomice sustancias tóxicas.
La enmienda fue aprobada con 292 votos a favor (Morena y mayoría de aliados) y 163 en contra (PRI, PAN, MC, y parte del PT y PVEM). El debate se centró en la reserva presentada por el bloque de mayoría, la cual fue crucial para la aprobación.
Blindaje Jurídico para Usuarios
Ante la alerta de la oposición sobre la supuesta criminalización de los consumidores, el coordinador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, subió a tribuna junto a Pedro Zenteno (presidente de la Comisión de Salud) para presentar una reserva clave.
La modificación al artículo 282 quáter tiene por objetivo desmantelar el mercado y no castigar el consumo personal:
«Queda prohibido en todo el territorio nacional la adquisición con fines de comercialización. Se exceptúa de la prohibición su consumo y posesión.”
Monreal explicó que esta precisión blindó jurídicamente el dictamen, asegurando que las penas de 1 a 8 años de prisión y las multas están «estrictamente limitadas a quienes participan en el negocio de los vapeadores» y obtienen lucro indebido, evitando cualquier confusión que pudiera sancionar al usuario individual.
División en la Oposición y Polémica Verbal
Pese a la aclaración de Morena, los partidos de oposición mantuvieron su rechazo, insistiendo en que la prohibición total generará un mercado negro que será controlado por el crimen organizado.
- Mercado Negro: La emecista Irais Reyes de la Torre afirmó que la prohibición es un «regalo de Navidad» para al menos siete cárteles mexicanos, que ahora controlarán la venta ilegal y podrán adulterar los productos, incluso con fentanilo.
- Prohibicionismo: El priista Carlos Gutiérrez Mancilla desacreditó la propuesta, acusando a Morena de legislar «sobre las rodillas» y de buscar «someter a los jóvenes a un control político disfrazado de moral barata”.
El debate escaló con la polémica frase del diputado Pedro Zenteno, quien, ante las descalificaciones, citó una frase del escritor José Saramago. La emecista Anayeli Muñoz Moreno subió a tribuna para exigir que se investiguen las expresiones de Zenteno ante el Comité de Ética por considerarlas violencia verbal y simbólica contra las mujeres.
