Michael Jordan, la icónica leyenda de los Chicago Bulls y seis veces campeón de la NBA, ha expresado su profundo descontento con la mentalidad y las tendencias de la liga actual durante una entrevista en el segmento MJ: Insights To Excellence de NBC.
Jordan centró su crítica en dos pilares: la falta de pasión genuina por el deporte y la prevalencia de los intereses comerciales por encima del rendimiento en la cancha.
El “Amor por el Juego” vs. el Descanso Excesivo
Jordan hizo hincapié en que su carrera se basó en un «amor por el juego» inquebrantable, una cláusula que incluso existía en su contrato, algo que, según él, hoy no sucede.
Contrastó su filosofía de priorizar el juego sin importar las circunstancias, con la mentalidad de la generación actual, que practica el load management o descanso excesivo:
«Contrario a lo de ahora, que los jugadores no juegan, tendrán una sesión con su entrenador. Lo que más me beneficiaba a mí era jugar basquetbol. ¡Juega! Eso creciste haciendo.»
Para Jordan, la pasión debe ser la energía canalizadora, usando una analogía del helado: «Si realmente amaras el helado, si tuvieras un amor profundo por el helado, harías todo lo posible por conseguir un sabor en especial. El basquetbol era ese amor para mí.»
La Marca Antes del Trabajo
El exjugador también criticó la falta de «hambre por ser grande», atribuyéndola a los ingresos que muchos jugadores ya perciben desde etapas universitarias. Además, lamentó que la marca personal y los negocios se han convertido en la prioridad:
“No puse la marca antes de hacer el trabajo. El trabajo era lo primero y la marca evolucionó a partir de eso. Ahora es distinto.”
A pesar de reconocer que las distracciones externas son mayores hoy en día, Jordan sostuvo que el juego en la cancha debe ser lo primero, al punto de que un verdadero apasionado «jugaría gratis».
El Ejemplo de Anthony Edwards
En la conversación, Jordan destacó a Anthony Edwards como un jugador que le llama la atención. Contó una anécdota reciente sobre un ejecutivo de Minnesota que le habló de la dificultad de Edwards para lidiar con la doble marca.
Jordan usó esto para explicar su filosofía: ser doblemente marcado es la «mayor señal de respeto que te puede dar un rival». Su consejo fue ver esa situación como una oportunidad para resolver el problema con inteligencia, moviéndose sin balón o buscando posición en el poste bajo.