El régimen de Nicolás Maduro ha endurecido su postura con una nueva y drástica medida, amenazando con encarcelar a cualquier extranjero que ingrese a Venezuela sin la debida autorización. La advertencia, emitida en las últimas horas, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional, especialmente en los países vecinos que enfrentan un flujo constante de migrantes venezolanos.
Esta nueva directiva se traduce en un mensaje claro: «Entra, pero no sale». La amenaza implica que no solo se le negará la salida del país a quienes entren de forma irregular, sino que también podrían enfrentar cargos penales que los llevarían a la cárcel. Esta medida ha sido interpretada como un intento desesperado del régimen por controlar su territorio y las narrativas sobre su crisis interna.
La advertencia surge en un contexto de creciente tensión con Estados Unidos, que recientemente desplegó tres destructores frente a las costas venezolanas en una operación contra el narcoterrorismo. Analistas sugieren que esta amenaza podría ser una represalia o una forma de ejercer presión en la región, en un momento donde la presión internacional sobre el gobierno de Maduro aumenta.
